martes, 12 de diciembre de 2023

Enseñanza efectiva en los niños a través de sus fortalezas


¿Cómo los niños aprenden utilizando sus destrezas?


¿Cómo los niños aprenden utilizando su inteligencia como Howard Gardner?




Mi Concepto de Aprendizaje y la Teoría de las Inteligencias Múltiples

Autora: Astrid Báez, 2023


Mi Concepto de Aprendizaje y la Teoría de las Inteligencias Múltiples

Nací en 1990 y crecí en Dorado, Puerto Rico, en un hogar que, aunque lleno de amor, se encontraba limitado en recursos. A los 5 años, asistí por primera vez a un salón preescolar. En ese momento, mi comunicación y lenguaje eran limitados, ya que sufría de retraso en el lenguaje receptivo y expresivo. Esta dificultad afectaba tanto mi capacidad para comprender instrucciones como mi habilidad para establecer relaciones con mis compañeros. A los 6 años, logré desarrollar el lenguaje, aunque durante años continuaron las dificultades en áreas como el aprendizaje, la comprensión, la retención, la concentración y la resolución de problemas. Además, tenía problemas para hacer amistades.

Durante mi infancia, pasé de un aula a otra, pero ninguno de los maestros pudo reconocer mis problemas en el desarrollo. Ya como adulta, entendí que mi desarrollo dependía tanto de mis padres como de los educadores. En esa época, en Puerto Rico, la falta de recursos y formación en los maestros contribuyó a que muchos trastornos no fueran identificados a tiempo. Mis padres no contaban con el conocimiento necesario, al igual que los educadores. En ese entonces, la prioridad educativa estaba más centrada en el aspecto académico, sin prestar tanta atención a otros aspectos del desarrollo infantil.

Hoy en día, la situación ha cambiado. Los conocimientos sobre el desarrollo infantil han evolucionado, los recursos disponibles son más accesibles y la tecnología, como Internet, se ha convertido en una herramienta esencial. Gracias a las investigaciones y aportes de teóricos, médicos y psicólogos, ahora contamos con la información suficiente para apoyar a los niños en todas las áreas de su desarrollo, lo que mejora su calidad de vida en general. Este conocimiento también sirve como base para educar a los padres y para que los educadores se conviertan en agentes de cambio.

Reflexionando sobre mi propia experiencia, llegué a la conclusión de que, si hubiera contado con un educador capacitado, mi historia y mi niñez podrían haber sido muy diferentes. Esta realización fue lo que despertó mi amor por la educación y mi deseo de hacer una diferencia en la vida de cada niño y cada familia. Mi historia me enseñó que cada niño es único y que cada uno atraviesa distintas etapas en su aprendizaje. Algunos aprenden más rápidamente, otros más despacio, pero todos tienen fortalezas que pueden ser potenciadas.

Por ejemplo, cuando era pequeña, no era muy buena en deportes, pero sí destacaba en el arte. Esa era mi fortaleza. Mi contacto principal con el mundo era a través de la vista, lo que me convertía en una persona visual. Mi mejor manera de aprender era a través de imágenes, observación e imitación, ya que poseía una buena memoria visual. Este es un claro ejemplo de cómo, al conocer la forma en que un niño aprende, podemos adaptarnos a su estilo y facilitar su desarrollo.

El Aprendizaje Según Howard Gardner

En mi concepto de aprendizaje, coincido con la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner. Según Gardner, cada niño evoluciona de acuerdo con sus propias necesidades y capacidades. No todos aprenden de la misma manera, por lo que el enfoque educativo debe ser flexible y respetar las diferencias individuales. Las capacidades de un niño no deben ser reducidas a una sola habilidad o tipo de inteligencia, sino que deben ser entendidas como un conjunto de inteligencias que trabajan en paralelo.

Gardner identificó ocho tipos de inteligencia, cada uno de los cuales refleja una manera distinta de aprender y de interactuar con el mundo. Estos tipos de inteligencia son:

  1. Inteligencia lingüística: Habilidad para usar el lenguaje de manera efectiva, ya sea hablado o escrito.

  2. Inteligencia lógico-matemática: Capacidad para analizar problemas de manera lógica y resolver ecuaciones matemáticas o problemas científicos.

  3. Inteligencia espacial: Habilidad para pensar en tres dimensiones, como los arquitectos o artistas visuales.

  4. Inteligencia musical: Capacidad para entender, componer y tocar música.

  5. Inteligencia corporal-cinestésica: Habilidad para utilizar el cuerpo de manera hábil y efectiva, como los bailarines o deportistas.

  6. Inteligencia interpersonal: Capacidad para entender y relacionarse con otras personas.

  7. Inteligencia naturalista: Habilidad para reconocer y categorizar diferentes tipos de flora y fauna, como los biólogos o ecologistas.

  8. Inteligencia existencial: Capacidad para abordar preguntas profundas sobre la vida, el propósito y la existencia.

Estas inteligencias no son aisladas; en cada niño pueden estar presentes varias de ellas, pero en diferentes grados. La clave para un aprendizaje efectivo es observar y conocer las fortalezas de cada niño y adaptarse a ellas. A través del juego, la música, el arte, la exploración, la lectura, la repetición y la creatividad, podemos potenciar las áreas en las que el niño es fuerte, y así facilitar el aprendizaje de las áreas en las que es más débil.

La mejor forma de enseñar es conocer al niño, respetar sus fortalezas y diseñar actividades que permitan aprender de manera significativa. Un enfoque personalizado y centrado en el niño es esencial para que el aprendizaje sea efectivo.

Conclusión

El aprendizaje es un proceso único para cada niño. Al comprender que existen múltiples formas de inteligencia, podemos adaptar la enseñanza para que sea más inclusiva y efectiva. Mi experiencia personal me ha enseñado que un educador capacitado y atento puede marcar la diferencia en la vida de un niño. Mi objetivo como educadora es ser ese cambio positivo, ofrecer a los niños las herramientas necesarias para descubrir sus fortalezas y apoyarlos en su desarrollo de manera integral.

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